TIERRA!
Ya
desde el alba, varios marineros de la nao real clavaban con ahínco
su vista perspicaz en unos puntos lejanos y borrosos que tan pronto
semejaban blancas crestas de rocas, como nubes, acabando por
insinuarse la duda en el ánimo de los más prudentes.
Carlos se hallaba ya vestido y dispuesto para salir de su cámara y, al ser advertido de su venida, él mandó entrar en ella.El monarca se mostró muy complacido, así como los señores de su séquito.
Inmediatamente Carlos ordenó que se le diese el vino ofrecido y le preguntó cuantas distancia podría haber hasta allí,contestando el afortunado nauta que no habría menos de treinta y ocho leguas, a causa de que el viento flojo, no sería hoy si no mañana cuando llegasen allí.
Unos de los pilotos más experimentados que iban en la nao real Juan Cornille, que con anterioridad había llevado el rey por el mar a Castilla.
Los pilotos y marineros de Vizcaya yerran en sus cálculos por no tener en cuenta que los vientos contrarios les hicieron retroceder mucho. Las rocas y montañas que se ven, si bien parecidas unas a otras, no son las de Vizcaya si no las de Asturias a donde , sin querer nos dirigimos ahora y acordaos mañana de lo que os digo.
En efecto loo que alcanzaban a parte tal vez eran los picos de el macizo central de las llamadas Peñas de Europa, bien conocidas de todo navegante, lo más sobresaliente e la cordillera Cántabra.
Los pilotos vizcainos persistian en la creencia, a medidas que se apropincuaban a ellas.
Los pilotos y marineros se iban convenciendop de que se encontraban frente a las montañas e Asturias.
Habían llegado en efecto, a las Asturias de Oviedo, después de 12 días navegando.
Cuando el rey fue advertido del error de sus pilotos se le fue a preguntar si podía mas esperar mejor tiempo para dirigirse a Santander donde se habían hecho los preparativos para su recibimiento oficial.
Estaban las naos a amplia vista en las costas astur que configuraban las puntas de Tazones y de Rodiles.
Entonces la gente del pueblo de la Villa se alertaron, un joven muy amable le dejó la casa y allí descansó unos días, después cogió rumbo a Santander.
Carlos se hallaba ya vestido y dispuesto para salir de su cámara y, al ser advertido de su venida, él mandó entrar en ella.El monarca se mostró muy complacido, así como los señores de su séquito.
Inmediatamente Carlos ordenó que se le diese el vino ofrecido y le preguntó cuantas distancia podría haber hasta allí,contestando el afortunado nauta que no habría menos de treinta y ocho leguas, a causa de que el viento flojo, no sería hoy si no mañana cuando llegasen allí.
Unos de los pilotos más experimentados que iban en la nao real Juan Cornille, que con anterioridad había llevado el rey por el mar a Castilla.
Los pilotos y marineros de Vizcaya yerran en sus cálculos por no tener en cuenta que los vientos contrarios les hicieron retroceder mucho. Las rocas y montañas que se ven, si bien parecidas unas a otras, no son las de Vizcaya si no las de Asturias a donde , sin querer nos dirigimos ahora y acordaos mañana de lo que os digo.
En efecto loo que alcanzaban a parte tal vez eran los picos de el macizo central de las llamadas Peñas de Europa, bien conocidas de todo navegante, lo más sobresaliente e la cordillera Cántabra.
Los pilotos vizcainos persistian en la creencia, a medidas que se apropincuaban a ellas.
Los pilotos y marineros se iban convenciendop de que se encontraban frente a las montañas e Asturias.
Habían llegado en efecto, a las Asturias de Oviedo, después de 12 días navegando.
Cuando el rey fue advertido del error de sus pilotos se le fue a preguntar si podía mas esperar mejor tiempo para dirigirse a Santander donde se habían hecho los preparativos para su recibimiento oficial.
Estaban las naos a amplia vista en las costas astur que configuraban las puntas de Tazones y de Rodiles.
Entonces la gente del pueblo de la Villa se alertaron, un joven muy amable le dejó la casa y allí descansó unos días, después cogió rumbo a Santander.
LA
PARTIDA
Primer día del viaje La Nao Real, con arreglo a las ordenanzas dispara tres cañones y uno el barco del almirante.
De la flotilla de algunos barcos ligero con que contaba la armada ya habían salido algunos la anterior noche para observar el paso de Calais y afirmar la derrota. Los subditos del país de Zelanda se habian reunido en los pasos, puertos y a lo largo de las dunas para ver pasar al rey.
Viento en popa, a toda vela, tanto avanzaron el primer día nuestra señora le dispensaran su protección que, al tener un golpe de buena suerte este, se encontraban entre Dover y Calais, no habían encontrado dificultades en los barcos de Flandes ni en el paso del estrecho, y entrando seguidamente en el canal de La Mancha .
el tercer día de viaje se encontraban más allá de Cornualles aproximándose casi al camino de España. surcaban ya las aguas celestinas del Atlántico el mar Tenebroso de los antiguos, aguas claras y de un azul celeste.
Pausa de admiración era contemplado, en pleno océano, aquella cuantiosa flota desplegada ordenadamente en dos alas a modo de vuelo de las grullas, pues las naves del rey y del almirante formaban la punta.
Los pilotos, altamente satisfechos, esperaban que deseguir aquella bonanza, el fin de semana
abordaríana
las riveras del mar provincia Santander.
EL
EMBARQUE
El
ajetreo que hubo, durante todo el santo domingo, tanto en
Middelburgo, como en Arnemunden, frente al cual yacían anclados los
navíos, para transportar apresuradamente los bajages a bordo y
aprovisionar la flota.
Desde Middelburgo, llegaron, por la tarde, el rey y su hermana Doña Leonor , las señoras y señoritas de la corte y todos los nobles y grandes señores que la acompañan embarcándose, conforme lo dispuesto, al ponerse el sol, no saliendo de sus barcos hasta que estuvieron en España.
En el Nao Real se embarcaron con S. M.- no es propio llamarle así, puesto que solo después de recaer en el la corona imperial comenzó Carlos a recibir el tratamiento de majestad, nunca ha usado con los reyes de Castilla su hermana Doma Leonor y varios más, el locuente y conocedor de varios idiomas.
Iba si mismo en la Nao Real un personaje muy importante para nosotros, aunque cerca de su señor que desempeñase humildes menesteres, como estar al cuidado de guardarropa del rey; y servirle para tener por el manto o la capa, cuando se los ponía o quitaba, como si fuera una percha por lo que solía llamarse, no sin razón, indigne serviteur dómestique
.
Apoyandónos principalmente en vital, vamos a trazar ahora una sucinta reseña de estas sonada espedición marítima, empleando la forma de dietario o enfermedades para mayor claridad.
Desde Middelburgo, llegaron, por la tarde, el rey y su hermana Doña Leonor , las señoras y señoritas de la corte y todos los nobles y grandes señores que la acompañan embarcándose, conforme lo dispuesto, al ponerse el sol, no saliendo de sus barcos hasta que estuvieron en España.
En el Nao Real se embarcaron con S. M.- no es propio llamarle así, puesto que solo después de recaer en el la corona imperial comenzó Carlos a recibir el tratamiento de majestad, nunca ha usado con los reyes de Castilla su hermana Doma Leonor y varios más, el locuente y conocedor de varios idiomas.
Iba si mismo en la Nao Real un personaje muy importante para nosotros, aunque cerca de su señor que desempeñase humildes menesteres, como estar al cuidado de guardarropa del rey; y servirle para tener por el manto o la capa, cuando se los ponía o quitaba, como si fuera una percha por lo que solía llamarse, no sin razón, indigne serviteur dómestique
.
Apoyandónos principalmente en vital, vamos a trazar ahora una sucinta reseña de estas sonada espedición marítima, empleando la forma de dietario o enfermedades para mayor claridad.
¿PODRÁ CARLOS I LOS PROBLEMAS DE SU VIAJE A ESPAÑA?
Solar hispano que holló con su regia planta el príncipe Carlos I, joven entonces de diecisiete años, cuando vino, en virtud de disposición testamentaria de sus abuel
De tanto emesas de una parte y apremiantes instancias de otra, los esoañoles, comenzaban a desesperarse. Por fin, tras vicisitudes sin cuento que sería prolijo referir, Carlos de Austria, soberano de Flandes que iba a ser el primer rey de España, consumando definitivamente la unidad nacional- de ahora en adelante no más reyes de Castilla, de Aragón, de Navarra si no solo reyes de España, los partidarios de su hermano el infante Fernando,!!versa de su hermano Fernando, penetrado hondamente su espíritu por las radiacciones de la cultura francesa y desconocimiento de la lengua yb las costumbres del país que le tocaba regir resultaba ser la figura más contrapuesta a las esencias tradicionsles a la patria del cid.
El rey de Francia Francisco cuando aun eran amigos y no rivales, la consejaba lo efectuara por tierra a fin de evitar los riesgos ponticos a qo padre el rey Felipe, ya que en la travesía era diuturna y peligrosa para felicitarle la puesta en práctica del consejo, lka cortesía gala ofreciciera llevar, donde sería con tan buen gusto visto del rey y todos oficios del monarca francés y depués de consultar, como había por costumbre con su abuelo paterno el emperados de Alemania Maximiliano, decidió realizarlo por mar.
Se ignora la verdadera causa de haberse de morado tanto este via.
